Palabras absurdas en corazones muy, muy rotos. Palabras que se quedan en las esquinas los jueves por las noches pasando frío, con la única esperanza de verte salir, o entrar, con las manos ocupadas. Palabras atragantadas en gargantas microscópicas que fingen ser toses en un catarro eterno del corazón. Él se obstruye y tú toses. Toses todas esas palabras que se te escaparon ayer. Todas esas que yo estaba esperando oír. Pero solo son toses, solo soy yo pasando frío y solo eres tú entrando en el portal como si nada.
Corriendo por las calles con el sudor en la frente, en la coronilla y en el cuello. ¿Corriendo por qué?, me pregunto yo. Tú huyes de ti mismo y de por fin conocerte; y yo de encontrarte a ti cuando no te busque. Chocamos en otra dimensión, en la que yo también huyo, de ti. Los dos de ti.
Sin aliento bajo el portal de tu casa, esperando a que tú te encuentres. Significaría verte salir y verme. Verte y verme y solo una letra de distancia. Tan cerca pero tan lejos...
Sobre verte suspirar en días lluviosos en los que la lluvia rebota contra tu piel y sale disparada en todas direcciones... Sobre enjugarme la última lágrima con el dedo índice, que solo sabe señalar en tu dirección... Sobre verte sonreír y sobre ver como huyes cada noche.
Sobre valientes y cobardes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario