No te cortes con las esquinas de mi corazón, que últimamente tiene más repliegues de los necesarios.
No te cortes con las palabras que se me quedan en la garganta, porque su doble filo es como un cuchillo que no ves venir. Pero yo te estoy avisando.
Si ves que he colgado el cartel de "hoy estoy imposible" no te cortes con el filo de la puerta que te cierro en las narices. No pongas los dedos para intentar cerrarla, porque incluso he tapiado la cerradura y he quitado todos los manillares. Me encierro para no cortarme, sin querer, queriendo, con el último roce que hicieron tus labios al esbozar esa sonrisa de otoño, joder, cuando estamos en invierno.
No ves que yo te abrazaría en Sevilla en agosto y que nos haríamos uno en Madrid en Noviembre. No lo ves, porque aún estás buscando las cuchillas para cortarme, o cortarte tú sin mí.
Deja de meter mano en mi caja torácica, porque mis costillas empiezan a acostumbrarse a tus dedos, y no ven cuanto se desangra mi pobre corazón.
Vete, pero trae hilo y aguja y atrévete a coser el boquete que me has o me he dejado. Trata de no cortarme.
lunes, 5 de enero de 2015
Sin cortarme.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario