jueves, 23 de abril de 2015

Parece que va a llover.

El miedo muerde más flojito que tú.
A mi también cántame cuando vayas borracho y no sepas bien quién soy. "She's on your mind" como bucle en tu cabeza. En mi oído. El efluvio dulzor del ron y tu garganta ronca, tus manos suaves y tu mirada perdida. Que te muevas en círculos y completes las curvas de mi vestido con tus manos, fuertes y grandes. Me apartes un mechón y lo escondas detrás de la oreja y guardes un par de palabras con él. Balbucees algo en inglés y te rías como un loco. Te coloques bien el puño de la camisa y que nuestros ojos se cierren a la par. Que el corazón me lata tan deprisa que pienses que se acerca un seísmo y te agarres a mí muy fuerte. Y que yo no te quiera soltar...
Que mis manos pequeñas y suaves jueguen con tus brazos, que rodean o intentan rodear los mios. Mis dedos jueguen con el remolino de tu nuca y tú suspires echando la cabeza hacia atrás, dejando al descubierto más cuello del que puedo asumir besar. Más cartílago por descubrir. El lunar de la parte posterior de tu oreja, la cicatriz de la frente; tus manos inquietas que me rodean, el taxi que pita en Princesa, y tu sonrisa otra, y otra vez más.

Ahora sí, cuidado que viene el terremoto y trae compañía. Joder, que va a caer una tormenta que lo va a arrasar todo. No es que vaya a llover, es que van a caer chuzos de punta; el diluvio universal va a caer.

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