A mí lo que me da envidia no es lo que hacen, es que puedan soportar vivir haciéndolo. Habiendo tomado el riesgo de que 'eso' no les guste a los que están a su alrededor (sus pilares) y puedan sentirse desplazados. No asumo que les de igual, pero presupongo (y probablemente no me equivoco) que son personas valientes que se han plantado de pie y no piensan arrodillarse.
Eso es lo que admiro tan embelesadamente. Que no tengan que esconderse de lo que les gusta, que puedan vivir de lo que disfrutan. Algo que para otra persona podría ser un tormento, otros lo exponen incluso a riesgo de quedarse solos.
Es verdad, quien no arriesga no gana (pero tampoco pierde).
La mayoría de veces hacen cosas que te parecen sencillas cuando las ves, sentado en el sofá de tu casa, pero la magia es precisamente esa. Parece fácil y al alcance de tu mano, pero no lo es. Parece fácil porque está bien hecho, porque la manera de acercarlo al público es sublime y tan exquisita que sí, incluso piensas que tú también podrías. Pero no, no es así (al menos no de la manera que ellos lo hacen).
Sin embargo, incluso pudiendo ser tachada como una hipocrita, me reafirmo en lo mismo: yo sí podría hacer eso que admiro de la gente que sigo. Porque en alguna parte de mí -que no dejo salir- lo siento puro y verdadero, pero no, no es hoy ni ahora. El día que el corazón ruja de verdad el sonido será tan estridente que todo lo que habías escuchado antes te parecerá mentira. Porque lo es.
No traigo la verdad porque solo doy paso a la mentira cada vez que me levanto, solo digo que el día que encuentre esa fuerza vital y me envalentone, mejor quieras estar preparado y te eches a un lado.
Lo mejor está por venir, no está pasando.
martes, 11 de abril de 2017
Mi mañana
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