Deudas de amor. Te embargan la casa, y esa casa no es física. Llevo apostando por ti tanto que he llevado a la bancarrota al banco de mis recuerdos, y el último hace mucho que pasó por mi lado, se llevó el único resquicio de amor que dejé en el bolsillo de la chaqueta. Al lado de la cartera. Qué caro me estás saliendo... Como un cheque a devolver; al portamor como diría Melendi.
Tu corazón incorrupto que me corrompe con cada parpadeo...
Tu risa y el eco en mi cuerpo...
Apareces como el antihéroe para salvarme de mí. Apareces sin querer y sin preguntar pero apareces. No pretendes irte, y yo solo quiero quedarme un poquito más cerca.
Y tu corazón puro y blanco, no rojo. Rojo solo el mío. Tu corazón que observa tímido y con los ojos tan abiertos... Así es imposible no ver. Ya solo te busco en los rincones y cuando te encuentro, sonrío sin prisa, sin deber nada. Sin corrupciones. Un aquí te pillo aquí te mato. No de amor, joder. De lo que sea.
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