Recuerdo mi primera noche aquí, muerta de miedo. Recuerdo muchos años de pesadillas al apagar la luz, recuerdo abrir la puerta de la cocina para escuchar a mamá, recuerdo los sueños recurrentes que me inmovilizaban y el beso de papá antes de acostarme. Recuerdo echar de menos el otro piso, echar de menos soñar en blanco y saberte al lado.
Hoy también sé cómo cruje el suelo cuando pisas con toda la planta, el tictac del reloj cuando reina el silencio y quién viene por el pasillo por cómo deja las llaves.
Por eso tengo miedo de irme a un sitio al que no tenga recuerdos, por si acaso no me da tiempo a construir unos nuevos, por si cuando vuelva a casa ya no es casa de verdad y me vuelvo a chocar como cuando tenía 9 años. Tengo miedo de volver a tener miedo y volver a las pesadillas lejos de casa.
Sería todo más fácil si no tuviera que empezar de nuevo y si me quedara aquí, siendo capaz de cerrar los ojos para andar por casa sin temor a chocar. Sería más fácil si metiera mis ganas de irme en una mochila y la colgara como un cuadro, y ya.
Pero me tengo que ir fuera de mi habitación y de mi paz para llenar de mí otra habitación que no es esta y que, aunque no me pertenezca, se llene mis recuerdos cuando me vaya a dormir.
Supongo que ese es el primer paso
No hay comentarios:
Publicar un comentario