Me pone triste que actualices tu contenido sin mí. Me avisaste de que esto me pasaría, de que algún día necesitaría gritarlo a alguien, que te daba pena que no fueras tú entonces. Fui cruel, pensé que sería más fácil para ti odiarme que quererme porque no estaba preparada y aún no lo estoy, pero ahora veo las cosas diferentes. Tenías razón.
Me está partiendo en dos verte sonreír sin mí y como si te hubieras olvidado. Aparentas genial.
Me siento fatal, no puedo decírtelo porque irrumpiría en tu vida y en la suya sin derecho, sin explicaciones, sin saber qué pedirte.
El problema soy yo, lo he sido siempre. Claro que te quise, a mí manera de mierda, pero lo hice. Igual eso fue lo que desencadenó todo: mi fuga inexorable lejos de ti sin pensarte ni un solo segundo.
Al final has encontrado una manera de meterte dentro y hacerme daño, de desordenarme la cabeza y perder todas las piezas de mis puzzles.
Ahora tú haces tu vida sin mí, tan lejos que parece un reflejo, que parece que nunca fue real y que soy yo la que le da vueltas a la noria.
Me estoy haciendo daño sin querer y sin poder evitarte. Ayer soñé contigo y todo estaba como antes, que no necesariamente bien. No me olvido ni cerrando los ojos.
Menos mal que no puedes saberlo porque no sé qué daño podría hacerte yo si supieras mis ganas de ahora.
Entiendo tu calvario y espero que tú ahora no pienses en mí, tal y como yo hice antes, que me borres y te alejes tanto como puedas.
Esta vez te prometo intentar no volver.
jueves, 18 de julio de 2019
Alerta de consumo
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