jueves, 12 de marzo de 2020

Next to me

No sé cómo nombrarte o describirte. 
Pensé que sería diferente, pero todo lo habría sido en este punto. No es que tuviera un imagen en sí de cómo sería la primera vez y en realidad estaba bastante segura de que, precisamente, no estaría segura de estar haciéndolo bien. 
Sé que en parte también es por eso. Siempre tengo la corazonada de que hay algo que no está del todo bien. Pero esta vez también es diferente a las demás. Pese a todo, siempre quiero quedarme y seguir contigo, nunca me he sentido tan cómoda como ahora y este nuevo yo que estoy descubriendo es sin duda en parte gracias a ti.
Quizá al principio pensé que me conformaba y que era solo un juego, y aún hay veces que pienso que lo es. Sé que está mal, esas conductas me avergüenzan y creo que no me definen. 
Porque, además, tú lo haces bien y haces todo lo que creo que se necesita para que yo quiera quedarme. El problema es que a veces yo no quiero quedarme en ningún lado y hay una parte de mí que siempre quiere irse. Y ahora creo -y espero- que me voy a ir de verdad, a vivir de verdad y un poco sin límites. 
No puedo esperar que entiendas sin fisuras que a menudo habrá algo que ponga por delante de mi felicidad y que sea siempre una prioridad. No espero tampoco que entiendas que a veces yo no soy mi prioridad y que no me elijo a mí, que deposito esa felicidad en la gente que me rodea y que, aunque yo no quiera o lo niegue, últimamente se está convirtiendo en un monstruo insaciable que siempre quiere más y más, y que en realidad cuanto más feliz es, más infeliz soy yo. Y ahora que me estoy dando cuenta de que eso pasa, no se frenar la bola de nieve porque haga lo que haga nos va a afectar a todos.
Pienso a menudo que a ti todo esto no debería turbarte porque no deberías vivirlo, porque supone un freno en tu vida y porque en realidad nunca te aceptarían y eso me dolería mucho. Necesito que lo entiendan y necesito que sea al lado de alguien que lo haga más fácil.
Supongo que eso me va a destrozar un día porque al final la única que no va a ser feliz soy yo. Apelo al instinto perdido y un poco egoísta que debo tener en algún lado para que equilibre un poco la balanza.
Sé que todo esto es injusto para tí. Yo quiero estar contigo pero creo que no de la misma manera que tú quieres, y a veces siento que te voy a hacer daño con algo que haga sin querer, o que no voy a poder mantener esta promesa de papel de fumar que te he hecho.
También sé, y es lo que más me perturba, que tú también lo sientes y que tienes miedo de que me vaya, el mismo miedo que tengo yo de querer irme lejos de todo el mundo. Tienes miedo de que quiera empezar una vida diferente en la que ya no tengas cabida, al menos no de esta forma. Te prometo que yo también tengo miedo y que quiero hacerlo bien contigo. Quiero ser la persona que crees y que quieres que sea. 
Quiero verme en tus ojos y que el reflejo me guste. 
Te pienso a menudo cerca de mí, tan cerca y tanto tiempo que a veces me asusto. Es lo que más me gusta de ti, que no me canso, que no tengo que hacer el esfuerzo continuo -al menos en lo esencial- de tener que gustarte porque ya has visto lo que necesitas para quererme. No tengo que esforzarme y cansarme en mantener una imagen todo el tiempo, y por eso puedo estar contigo sin tener que pensar en cuándo poder ir a casa.
Es eso lo más importante, que contigo se me olvida que tengo que ir a casa y que, en realidad, parece que pudiera estar en casa contigo (solo contigo y el gato).
Pero cuando vuelvo a una realidad sin ti me pesa todo un poco más y te siento de pronto más lejos, me hago pequeñita y me encierro.
Porque la gente no sabe de ti, no entienden (AS).
Me siento muy atraída a todo lo que estoy aprendiendo contigo y de hecho me siento mejor conmigo misma porque me comprendo mejor. Te lo debo. Te lo voy a deber siempre y en ese sentido te voy a querer siempre, aunque sea a mi manera. Y por eso no quiero hacerte daño y quiero darte toda la felicidad que te mereces. Voy a estar ahí para ti de la forma en la que creo que necesitas porque, además, siento la deuda más bonita que podía sentir: por primera vez hay alguien detrás de la pantalla que siente por mí lo mismo que yo, y que, además, se preocupa por mí de la forma más sana posible. Al menos en eso quiero pensar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario