jueves, 7 de septiembre de 2017

Te conozco bien

Disfrutar de la soledad en la compañia de los demás. Como si te pudieras recluir dentro de una bola transparente en la que te ven pero no te traspasan.
Y tú estás ahí, entre la multitud, siendo parte de ella sin proponértelo pero sin incordiarte.
Estás cómoda ahí, sabiendo que nadie puede rasgar. Sintiéndote libre e independiente. Segura y cómoda con esta nueva situación que te has permitido disfrutar.
Casi imponiéndote una soledad terapéutica para que emocionalmente recuperes y puedas ser una persona social con problemas burdos, aburridos y banales.
Tú, que lo haces todo interesante, sientes la satisfacción de conocerte mejor que nadie. Y a la vez, inevitablemente, la certeza de que nadie podrá llegar tan profundo como tú crees que puedes hacerlo.
Te sientes perfectamente distante respecto a los demás, y te parece bien. Todo está bien porque tú has asumido tu rol social. Participas e intervienes las veces suficientes para saber que estás ahí y estás bien, para no preocupar a nadie. Porque es verdad, todo está bien contigo mismo. Lo que está mal es la mentalidad de que la compañía social es mejor que la personal.
Y en realidad eres tú quien se preocupa más de lo necesario, quien planifica para tener a todas las partes conformes. Porque así crees que lograrás estar tu conforme.
Y entonces das el paso. Te aislas, esta vez de verdad. Eliges el camino unidireccional de la soledad y lo eliges con todas sus consecuencias. Pero tú ves el lado bueno, el lado positivo. Porque lo hay, siempre lo hay cuando se trata de conocerse mejor.
Y toda la gente que volaba muy cerca tuyo empieza a hacerlo cada vez más y más alto. Y tu ahí no puedes respirar, hace más frío de lo habitual. Así que decides seguir volando, ocasionalmente encontrándote con esas personas. Esas que te hacen pensar que tú ya no eres la misma. Es verdad.
Ahora ya no te puedes esconder. Y tu lema luce mucho más claro ahora:

Yo, me, mí, conmigo. Presente singular de la primera persona para todo.

Y solo cuando lo asimilas es cuando empiezas a disfrutarlo de verdad.

"Sí, me he conocido. Y sí, estoy encantada de haberlo hecho."

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